Así fue
como Karin, Fernanda y yo, nos
instalamos al final del corredor,
frente a
esa misteriosa habitación ciento
ocho, de
puerta cruzada con
dos varillas
sobre las
que se destacaba un cartel que
decía
"CLAUSURADA".
“La muerte se hospeda en El blanqueado”
Elsa Bornemann
genial!!! esta hermosa, y me gustaria usarla para mis alumnos, para narrarles esa historia
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